Paris pierde una princesa y gana un enclave turístico: el puente de L'Alma

Numerosas pintadas en el puente acusan a los "paparazzi" de la muerte de Diana: "Vosotros la matasteis"

Joaquín Luna            La Vanguardia 02/09/1997

PARÍS. Gran Bretaña ha perdido a una princesa y París ha ganado otro enclave turístico: el puente de L'Alma, convertido ayer en la meca de una romería de turistas de medio mundo que depositaban flores, versos y epístolas para Diana. También lágrimas. Y una foto de recuerdo para impactar a los conocidos. "¿Dónde ocurrió el choque?", era la pregunta típica a los periodistas, entre miradas asesinas y de reproche. En la autopista subterránea, de acceso imposible. Unas pintadas allí sentencian: "paparazzi asesinos!".

Los dos flancos del puente de L'Alma, en el margen derecho, junto al Sena, se erigieron ayer en puntos de peregrinación para centenares de turistas ansiosos de saber dónde Ñcómo y por qué, si me apuran Ñ ocurrió el accidente. A un lado, jardín. Al otro, el pequeño monumento que reproduce la "llama de la libertad" Ñ la misma de la famosa estatua regalada por Francia a Estados UnidosÑ, un pequeño monumento erigido con ocasión del primer centenario, en 1987, del "Herald Tribune" Ñ periódico norteamericano con redacción central en París Ñ, en la confluencia de las avenidas de Nueva York y de George V. En ambos lugares, ramos de flores y muchas cartas.

"Amábamos las sombras de tu corazón claroscuro"; "reina de corazones, para siempre en el mío"; "te deseo que conozcas al Buen Jesucristo". "Podíamos haber escrito algo, ¿no?", le comentaba María Ángeles a su novio, Alfredo, residentes en Madrid. Iban camino de la cercana torre Eiffel y apenas se apercibían que justamente desde el puente de L'Alma hay una buena perspectiva de la torre. María Ángeles se hizo retratar junto a la llama, las flores y las epístolas. Junto a la "llama de la libertad" hay numerosas pintadas que acusan a los "paparazzi" de las tres muertes. Una reclama "paren a la prensa!" y otra cita a una agencia periodística, Gala: "Vosotros la matasteis". "No se lo merecía", estima Noriko, una turista nipona, integrante de uno de los grupos más visibles en esta improvisada romería con visos de punto fijo en el itinerario parisiense. En comparación con una familia imperial como la japonesa, Diana era el Che Guevara. El puente de L'Alma es de los más anodinos de los 36 que cruzan el Sena a lo largo de la capital. Se denomina L'Alma en honor de la victoria franco-británica sobre los rusos en este río de Crimea en 1854, aunque muchas guías, incorrectamente, atribuyen el nombre a una victoria bonapartista en lugar de atribuirla a Napoleón III. El nuevo puente, terminado en 1972, es una obra metálica que reemplazó al de piedra. De la reconversión, sólo resta la curiosa estatua de un zuavo, el soldado argelino al servicio de Francia que intervino en la batalla victoriosa. Algún día puede figurar en el itinerario "las últimas 12 horas de Diana": compras en los Campos Elíseos, cena en el Ritz, paseo en Mercedes por la plaza de la Concordia, foto del zuavo y final de trayecto en el puente de L'Alma, donde tienen su origen los auténticos "bateaux mouches". Siempre hay emprendedores. El corro frente a "la llama de la libertad" no mengua ni al mediodía. También hay parisienses. Y, nunca falla, un par de desequilibrados. Uno tiene modos amenazantes y desplaza al corro. El otro es inofensivo. Se interesa por el guardaespaldas. "¿Está bien?" Y antes de abordar a otro mirón, pregunta con surrealismo: "¿Diana ha muerto?. ¡Qué mala es la Reina de Inglaterra!" Todos opinan. Una turista de Boston se retrata pero deja claro que "es una exageración comparar esta muerte con la del presidente Kennedy. Él era el presidente de EE.UU. y murió asesinado. Diana era simpática pero, ¿quién era Diana?".

* Texto publicado no jornal LA VANGUARDIA (Espanha)

 
 

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